En el verano de 1969 (el verano del hombre en la luna), Manolo Millares juntó a un puñado de chiquillos, unas latas grandes de pintura plástica (blanca, negra, azul, roja y amarilla), unas brochas y los llevó a pintar “El Tetrápodo”, después de una festiva jornada de trabajo, nos había regalado nuestro particular “Módulo Lunar Pop”. ¡Gracias, artista!
Hoy sería (es) el cumpleaños de la más pequeñita, la del sombrero a juego: ¡Felicidades, hermanita!
Urbanización Los Almendros, Valsequillo, Gran Canaria [agosto 1969]
¡Allí pasamos hoy un día de cielo azul perfecto, como los que a ella le gustaban tanto! Un abrazo, amigo.
Ay, amiga… Me alegro de que compartieran el día juntos. Yo me he acordado de ti extasiado, en Padova, ante (bajo, cabe, con, contra) los (no tengo adjetivo) frescos de El Giotto. Un beso.
Y la propia Padova es encantadora también con ese Palazzo della Ragione …
La “cámara hiperbárica” de los Scrovegni es demasiado para la percepción humana. La experiencia de contemplar el summun giottesco contrarreloj y siempre mirando hacia arriba es un viaje físico-psicológico-intelectual, sensorial… Me alegro de que lo hayas disfrutado. Un beso.
Siamo, assolutamente, d’acordo (Tata dixit). Un beso grande de los 2 para los 2.